A inicios de la década de los 80, tanto la economía china como la peruana registraban tasas similares de crecimiento. Así, en 1981 y 1982, China creció 7,9% y 5,1%; mientras que Perú alcanzaba 7,7% y 5,5%, respectivamente.
Durante esos años, empezaba para el Perú la década perdida caracterizada por la recesión y elevada inflación; con una serie de sucesos, como Fenómeno del Niño de 1983; un gasto público desmedido proveniente del Gobierno central y las empresas públicas; y una incapacidad de pago frente a los compromisos de deuda pública y que a larga desbocó en un proceso hiperinflacionario.
Recién el proceso de estabilización económica de agosto de 1990 y las reformas estructurales aplicadas a partir de 1991 fueron ordenando la economía y el cambio de la Constitución Política de 1993 sentaron las condiciones para la recuperación de la economía peruana.
Como resultados de estos procesos, hoy, según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), a 2022, el producto de China es 75 veces el peruano y el producto per cápita peruano se redujo a 0,7 veces el correspondiente a China.
Asimismo, el Reporte de Competitividad Global 2019 del Foro Económico Mundial ubica a China en el puesto 28º entre 141 países, destacando en pilares de la competitividad como Tamaño de mercado (1º), Adopción de TIC (18º), Capacidad de innovación (24º) y Sistema financiero (29º). En el caso de Perú se ubica en el puesto 65º destacando en Estabilidad macroeconómica (1º) y Salud (19º).
Fuente: Revista Digital La Cámara